El crack (también llamado “piedra”), es el nombre vulgar de un derivado de la cocaína, en concreto del resultado de hervir clorhidrato de cocaína en una solución de bicarbonato de sodio, el resultado es una pasta amarillenta e insoluble en agua que flota en la superficie y se endurece al enfriarse, luego es fácilmente recuperada en forma de “rocas”. El término crack es una onomatopeya que sugiere el ruido que hacen las piedras de esta droga al calentarse por la evaporación de la cocaína en base que contienen, al liberarse de la mezcla con el bicarbonato de sodio.
El consumo de cocaína en forma de crack es un problema de la salud pública. En el mercado negro se consiguen las “piedras” por unos ¢500.
Muchas veces el consumo de la cocaína va acompañado del uso de otras drogas, como se evidencia en este examen toxicológico de la orina.
Para la elaboración en laboratorios clandestinos se maceran las hojas de coca con queroseno. A la pasta resultante suele agregársele bicarbonato de sodio para aumentar el volumen y disminuir su costo, y hacer más manejable la sustancia. Posee un alto grado de impurezas, pero lo que hace imposible su consumo por vía nasal o intravenosa es que no es soluble en agua, ya que no es una sal de cocaína y por ello su forma de uso es pulmonar.
El uso del crack se ha vinculado con la violencia, pero no se puede asegurar que esto sea un efecto derivado del propio consumo de la droga, tanto como de los grupos social y económicamente más pobres, con un alto índice de violencia y delincuencia en sí mismos, que no pueden permitirse usar la cocaína y esta es su forma barata de acceso a la misma. Los efectos sobre los diversos órganos se pueden ilustrar con las fotos de los siguientes casos que han ingresado al hospital.
Lesión grave del miembro inferior por disparo con una escopeta durante una disputa de “territorios”. El caso terminó en amputación.
Balazos múltiples a nivel del cuello y tórax con un fusil de asalto AK 47. El caso terminó en traqueostomía permanente.
Electrocardiograma de un paciente de 45 años, quien estuvo en la cárcel por 10 años por tráfico internacional de drogas y asociación ilícita. Al día siguiente de salir de la cárcel llegaron varios “enemigos” y le dispararon en el miembro inferior derecho, causándole laceración de la arteria femoral profunda. Tuvo la suerte de poder salvar el miembro. Observe la marcada hipertrofia ventricular en la porción anterior (los complejos QRS se salen de la escala del papel de impresión. También tiene cambios de ST-T en la mayoría de las derivaciones.
Perforación del septum nasal producto del consumo de cocaína.
Las pajillas metálicas (hay infinidad de métodos para fabricarlas, incluso hasta seccionando las varillas de las sombrillas) se calientan al contener en la punta distal la piedra de crack encendida y esto produce quemaduras a repetición en piel de manos y dedos, lo cual produce la hiperqueratinización de las zonas afectadas como parte del proceso de cicatrización y mecanismo de defensa por posteriores quemaduras.
Hiperqueratosis de los dedos de las manos por quemaduras durante el consumo del crack.
Radiografía simple de abdomen de un paciente de 17 años, cocainómano, quien deglutió múltiples “pipetas” y monedas.
Del caso anterior, lo que se le logró extraer por medio de la laparotomía exploratoria + gastrostomía.
Atentamente:
Dr. Kwok Ho Sánchez Suen
Posgrado de Anestesiología
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