El siguiente se trata del caso de una paciente embarazada, a quien se le programó para una cesárea por labor de parto estacionado. La paciente padece de obesidad y los accesos venosos periféricos fueron imposibles, razón por la cual se le intentó realizar acceso venoso central. Sin embargo luego de varios intentos por vía yugular interna y subclavia y aunado al hecho de que la paciente es “poco colaboradora”, se decidió realizarle una inducción VIMA con sevofluorano y se le colocó una máscara laríngea Supreme #5 sin complicaciones. Posteriormente se le intentó el acceso venoso yugular interno izquierdo. La paciente tenía un cuello corto y agregando la obesidad que tiene, no permitía una localización precisa para la punción. No se le lograba palpar claramente el pulso de la carótida, dado que la paciente estaba con ventilación espontánea y los movimientos de los músculos de la faringe y laringe así como el “abombamiento” de la máscara Supreme producía muchos artefactos para la palpación. Se decidió entonces localizar la vena yugular interna “a ciegas” puncionando y aspirando a través de una aguja #25. En el primer intento se logró aspirar aire (se sospechó de que éste provenía de la vía aérea debido a la dirección que se le dió a la aguja), razón por la cual se redireccionó la aguja, logrando en esta ocasión ubicar a la vena yugular. Acto seguido se procedió a puncionar con la aguja #18 del equipo de vía central (Arrow de doble lumen de 16 G con jeringa de Raulerson), logrando encontrar la vena yugular interna izquierda. El resto de los pasos se realizó sin ningún inconveniente.
Catéter venoso yugular interno izquierdo in situ. Observe el cuello corto y grueso de la paciente
Se mantuvo la anestesia con sevofluorano y se le aplicó relajación neuromuscular con atracurio. El sello de la máscara laríngea fue adecuado. Se inició la cesárea sin incidentes, obteniendo producto de término con Apgar 9-9. Al finalizar la cesárea, la paciente fue extubada sin complicaciones. Algo llamativo fue que al examinar la máscara laríngea se observa una ruptura puntiforme del balón neumotaponador, que sólo se evidenciaba al sobreinflar con aire y sumergiendo el dispositivo en agua. El sitio de la perforación correspondió exactamente al nivel de la “punción exploradora” con la aguja #25.
Burbujeo al inflar el balón neumotaponador sumergido en agua
No hay reportes en la literatura de eventos similares; sin embargo es bastante lógico y esperable un incidente de este tipo, dado el perfil tan ancho de las máscaras laríngeas (a diferencia de un tubo endotraqueal convencional [aunque también se ha descrito una perforación del balón neumotaponador de un tubo endotraqueal en intento de acceso venoso subclavio !]).
Finalmente un concepto importante: no es lo mismo una punción accidental con una aguja #25 que con la aguja #18 de los equipos de vías centrales, como se quedó demostrado en este caso. Por lo tanto, cuando hay dificultad anatómica, es recomendable realizar primero una punción exploradora con la aguja #25 y luego de haber localizado la vena central, proceder a puncionar con la aguja #18 (que sí permite pasar la guía de Seldinger)
Atentamente:
Dr. Kwok Ho Sánchez Suen
Posgrado de Anestesiología
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