Un componente fundamental de un tubo endotraqueal es el balón neumotaponador, cuya función real (la prevención de la fuga de gases y prevención contra la broncoaspiración) ha sido muchas veces confundida con otra (la fijación del tubo in situ). Lo cierto es que la fijación del tubo depende de los esparadrapos o sistemas de fijación comerciales, pero no del hecho de que el balón neumotaponador esté o no inflado o sobreinflado. Esta confusión de la función ha llevado algunas veces a sobreinflarlo para “evitar la salida accidental del tubo”, generando una gran presión contra la pared de la tráquea y consecuentemente isquemia de todo su espesor. De persistir esta compresión, se llega a isquemizar la tráquea y se puede sufrir de estenosis traqueal posterior a la extubación. Por ende, se debe insuflar el balón neumotaponador con el volumen mínimo de aire posible, sin olvidar de que este aire estaba a temperatura ambiental y al calentarse a 37°C, tenderá a expandirse aún más, por lo que la presión interior puede incrementarse al cabo de pocos minutos.
El balón neumotaponador es extremadamente resistente a la ruptura, como se puede fácilmente demostrar mediante la insuflación con aire: puede tolerar hasta más de 100 ml de aire sin que se llegue a romperse (explotar). Aparte de este mecanismo de ruptura, hay otras situaciones (algunas inverosímiles) de ruptura accidental del balón neumotaponador:
a-) Punción accidental con la aguja durante la colocación de un acceso venoso central o bloqueos neurales
b-) Daño del balón durante la intubación cuando el paciente tiene dientes “astillados”
c-) Teóricamente (aunque es bastante improbable que se dé), la manipulación del balón neumotaponador con la pinza de Magill.
Adjuntas están las fotos del balón neumotaponador de un tubo 8,0 mm ID, que explotó luego de insuflarle 140 ml de aire.
Atentamente:
Dr. Kwok Ho Sánchez Suen
Posgrado de Anestesiología
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Haga sus comentarios aquí: