Wilhelm Conrad Röntgen [También se escribe como Roentgen] (27 de marzo de 1845 - 10 de febrero de 1923) fue un físico alemán, de la Universidad de Würzburg, que el 8 de noviembre de 1895 produjo radiación electromagnética en las longitudes de onda correspondiente a los actualmente llamados rayos X. El 5 de enero de 1896, un periódico austríaco informó que Röntgen había descubierto un nuevo tipo de radiación (se le denominó rayos X porque para ese entonces su naturaleza era desconocida [recordemos que para designar una incógnita en matemática, se utiliza la letra X]. Gracias a su descubrimiento fue galardonado con el primer Premio Nobel de Física en 1901 (de hecho fue el primero en recibir este galardón desde su implementación en 1901). El premio se concedió oficialmente: “en reconocimiento de los extraordinarios servicios que ha brindado para el descubrimiento de los notables rayos que llevan su nombre”. Röntgen donó la recompensa monetaria a su universidad. De la misma forma que Pierre Curie haría varios años más tarde, rechazó registrar cualquier patente relacionada a su descubrimiento por razones éticas. Tampoco quiso que los rayos llevaran su nombre.
Una de las primeras imágenes de rayos X conocida fue la que tomó el mismo Röntgen a la mano izquierda de su esposa Bertha, aproximadamente 1 semana después de su descubrimiento, en donde se observan los dos anillos de matrimonio. Según Röntgen, el tiempo de exposición fue de 6 minutos y lo primero que dijo su esposa al ver la imagen fue: “Dios mío, veo mis huesos”. Para el presente, ya cumplimos más de 1 siglo desde ese descubrimiento trascendental y es evidente que ha revolucionado el desarrollo de la medicina. La misma tecnología de diagnóstico ha evolucionado, como se puede observar al comparar la primera radiografía de la mano de Bertha (tomada en diciembre de 1895) con otra tomada 1 mes después (23 de enero de 1896) [ya se puede distinguir claramente de que se tratan de dos anillos y no una sola opacidad como se veía en la primera imagen] y finalmente con otra radiografía de la mano izquierda de una paciente de la actualidad (tomada el 5 de febrero del 2009). En esta última radiografía se observa claramente hasta detalles como los pequeños huesos sesamoideos, algo casi impensable en la época de Röntgen (y por su puesto, tampoco fue necesario un tiempo de exposición de 6 minutos!).
Atentamente:
Dr. Kwok Ho Sánchez Suen
Posgrado de Anestesiología
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