
Una de las primeras imágenes de rayos X conocida fue la que tomó el mismo Röntgen a la mano izquierda de su esposa Bertha, aproximadamente 1 semana después de su descubrimiento, en donde se observan los dos anillos de matrimonio. Según Röntgen, el tiempo de exposición fue de 6 minutos y lo primero que dijo su esposa al ver la imagen fue: “Dios mío, veo mis huesos”. Para el presente, ya cumplimos más de 1 siglo desde ese descubrimiento trascendental y es evidente que ha revolucionado el desarrollo de la medicina. La misma tecnología de diagnóstico ha evolucionado, como se puede observar al comparar la primera radiografía de la mano de Bertha (tomada en diciembre de 1895) con otra tomada 1 mes después (23 de enero de 1896) [ya se puede distinguir claramente de que se tratan de dos anillos y no una sola opacidad como se veía en la primera imagen] y finalmente con otra radiografía de la mano izquierda de una paciente de la actualidad (tomada el 5 de febrero del 2009). En esta última radiografía se observa claramente hasta detalles como los pequeños huesos sesamoideos, algo casi impensable en la época de Röntgen (y por su puesto, tampoco fue necesario un tiempo de exposición de 6 minutos!).


Atentamente:
Dr. Kwok Ho Sánchez Suen
Posgrado de Anestesiología
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